La rizartrosis es una alteración degenerativa (artrosis) muy frecuente del cartílago de la articulación trapeciometacarpiana, formada por uno de los huesos del carpo llamado trapecio y por el primer metacarpiano.
Esta articulación se corresponde con la región de la base del pulgar
El pulgar es uno de los dedos de la mano que más usamos en el día a día, eso contribuye a la degeneración del cartílago de la articulación con el paso del tiempo y es además el mecanismo de producción más importante de la enfermedad.
Pueden provocar una rizartrosis: las fracturas previas, enfermedades como la artritis reumatoide o artritis sépticas previas entre otras.
Se puede manifestar como dolor, que puede irradiarse también hacia muñeca y antebrazo; es posible que aparezca también debilidad en las actividades relacionadas con la realización del movimiento de la pinza con el pulgar y con el agarre (1). Agarrar objetos o abrir un frasco, por ejemplo, se pueden ver dificultadas en esta patología.
Cuando la enfermedad está avanzada, el movimiento de la articulación se ve limitado por la rigidez que se produce, pudiendo mejorar el dolor.
Se diagnostica por la clínica, la exploración física y una radiografía de la mano, donde se podrá observar una disminución del espacio articular normal.
Se intentará primero tratamiento conservador, con la toma de antiinflamatorios, inmovilización de la articulación con férulas, fisioterapia o incluso la inyección local de corticoides para aliviar el dolor (1,2). Se ha demostrado que la terapia multimodal, integrando las anteriores opciones de tratamiento aporta mayor beneficio al paciente que una terapia unimodal (3) .
El tratamiento quirúrgico estaría indicado dependiendo de la gravedad de los síntomas, siempre individualizando cada caso, en el caso de que no mejore con el tratamiento conservador.
Contamos con varias opciones de tratamiento quirúrgico, entre las que se encuentran la artroscopia, colocación de injertos de tendón, prótesis o incluso la fijación de la articulación (artrodesis) (1) . Tanto la colocación de injertos de tendón como la prótesis han demostrado muy buenos resultados en cuanto a mejoría del dolor y recuperación de la fuerza (2) .
